Contra el coronavirus, ¡respira!
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El coronavirus, como se sabe, es una enfermedad respiratoria que no solo ataca los miembros superiores de la respiración, nariz y garganta, sino que se aloja silenciosamente en los pulmones hasta que está instalado definitivamente en el organismo y empieza su acción letal. 

Para protegerse del contagio, además del aislamiento y distanciamiento social, uso del tapabocas y frecuente lavado de las manos, los expertos recomiendan el fortalecimiento del sistema inmune. Buena alimentación, ejercicio y pensamientos positivos se mencionan entre los pasos para lograrlo. Sin embargo, uno de los más importantes es sin duda, el más simple: la respiración.

Así lo demostró el alemán Joseph Pilates quien, encontrándose en un campo de concentración en Londres, en 1918, cuando sobrevino la famosa Gripe Española, de la familia de los coronavirus, logró mediante la aplicación de su método la proeza de que ninguno de sus compañeros de celda contrajera la enfermedad que en aquel momento mató a más de 200 mil ingleses. 

Como se sabe, Pilates, quien nació con severos problemas respiratorios y logró convertirse en un reconocido atleta, se inspiró en diversas disciplinas orientales y occidentales para construir su genial propuesta: boxeo, gimnasia sueca, ballet y hasta el movimiento de los niños y animales. 

Pero fue del yoga de donde tomó un elemento básico: “Si no quieres practicar ninguna disciplina, no lo hagas. Pero por lo menos aprende a respirar”, afirmaba el entrenador cuya fama se extendió entre la clase médica, ya que con su método conseguía una rehabilitación de los enfermos más integral y rápida.

La respiración es la función más importante del cuerpo, de la que dependen todos los seres vivos. Una respiración correcta asegura un adecuado intercambio de oxígeno con las sustancias nutrientes, garantizando los fundamentos físicos de nuestra salud. En este proceso se extrae el oxígeno del aire inspirado y se expulsan los gases de desecho con el aire espirado. 
Pero la respiración significa mucho más que proveer oxígeno al cuerpo y eliminar residuos. En la práctica es fácilmente comprobable la relación entre el ritmo respiratorio y los estados de la mente. Todos hemos experimentado en algún momento esa respiración entrecortada que nos provocan los momentos de miedo, angustia, ira o ansiedad. Igualmente, la mayoría de nosotros sabe que respirar profundo calma nuestros estados de ánimo.

La respiración es la única de las funciones involuntarias que puede ser controlada mediante técnicas que, además de fortalecer nuestros pulmones, nos ayudarán a tranquilizar el sistema nervioso, directamente vinculado con el aparato inmune. Por lo que puede afirmarse sin lugar a dudas que la respiración es la fuente de todo el poder humano. Y por eso constituye el eje principal en la práctica de todos los tipos de yoga.

La “correcta respiración”, en el Pranayama, capítulo dedicado al tema en la ciencia del yoga, empieza por el conocimiento y dominio de la respiración completa, o yóguica, que incluye tres tipos de respiración (abdominal, torácica y clavicular). En ella, la inhalación y la exhalación se hacen en tres fases. En la primera se inspira como si el aire entrara por el abdomen (que se hincha ligeramente), el aire sigue subiendo sin detenerse hacia la zona media (diafragmática) y finalmente llega a la parte alta (pulmonar) y las clavículas se elevan. La expulsión va en sentido contrario: de los pulmones, hacia la zona media y finaliza en el estómago, que ahora se hunde levemente cuando sale todo el aire. 

Joseph Pilates, por cierto, practicaba la respiración alta o clavicular, que consiste en llenar completamente los pulmones, con el abdomen levemente contraído.

Para desarrollar y fortalecer esos órganos respiratorios, el yoga contempla numerosas técnicas y posturas. Veamos estas tres: 
Primero, nos sentaremos en el piso con las piernas cruzadas, si ello es posible (en caso contrario, una silla) con la espalda erguida. Llevamos la mano derecha hacia la rodilla izquierda, y luego pasamos por encima el brazo izquierdo, para que la mano alcance la rodilla derecha. Así, con ambos brazos haciendo una cruz para presionar el pecho, nos inclinamos hacia adelante con la barbilla mirando al suelo, y tratando de estirar la espalda inhalamos lentamente, contando diez, retenemos en diez, y finalmente exhalamos contando diez. Repetir tres veces. 

Conocida como “la respiración calmante”, Ujjaji produce un efecto más profundo en la relajación del psiquismo, y se logra empujando, aumentando la capacidad de oxigenación. Debe producirse un sonido como el del oleaje al entrar y salir el aire. Contamos diez al inhalar y diez para exhalar. Repetir tres veces. 

Mediante Nadi Sodhana, una de las más utilizadas del Pranayama, todo el sistema nervioso es purificado y se produce un equilibrio en el manejo de la energía. En su práctica, nos sentamos igualmente en el piso (o una silla) con las piernas cruzadas. La mano izquierda sobre la rodilla izquierda. Se tapa la fosa nasal derecha con el pulgar de la mano derecha y la fosa nasal izquierda con el anular. El índice y el dedo medio doblados. Para empezar, inhalamos por la derecha, tapamos y retenemos contando diez, y expulsamos por la izquierda, contando diez. Luego, invertimos, e inhalamos por la izquierda, retenemos, y botamos por la derecha, contando igualmente diez en cada fase. Repetir el ciclo de tres a cinco veces.

Fuente: http://www.estampas.com/salud/69790/contra-el-coronavirus-respira

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